La nueva era tecnológica trae consigo un mar de afecciones a nivel óseo y muscular, -por nombrar sólo aquellos que nos competen-, que no nos dejan indiferentes por sus cada vez más frecuentes apariciones en la población, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes.
Las malas posturas prolongadas se incrementan con el uso indiscriminado, ya no sólo del ordenador como se viene observando desde hace ya más de una década, sino que también ha proliferado la constante utilización de los móviles y tablets, ya sea por necesidad laboral, de estudio o esparcimiento, pero es claramente lo que ha agravado ésta situación.
El apogeo ingente de las redes sociales, hace que vivamos en un constante apego al ciberespacio y que, quien más sufra por estos nuevos comportamientos repetidos, sea la espalda y particularmente el cuello.
Si observamos con atención a nuestro alrededor, la posición más común adoptada, que nos hace parecer salidos de un serial de producción, es hoy en día la de cabeza baja a distintos ángulos mientras estamos inmersos en las pantallas de los teléfonos móviles y que incluso a 60º de ángulo de inclinación se le conoce ya como: “Síndrome del cuello roto”
¿Qué es el “Síndrome del cuello roto”?
Es una postura que provoca una severa carga en las vértebras cervicales y que podría equivaler, -según expertos- a 27 kg de peso, lo que a corto, medio y largo plazo está causando daños imperceptibles y/o cada vez más evidentes y severos. Como por ejemplo, dolor en la zona cervical, que se extiende hacia los hombros, espalda y cabeza, provocando cefaleas y malestares varios.
En la actualidad es más común que, no sólo personas en edad adulta presenten molestias y lesiones a nivel de cuello y espalda, sino que se observa un aumento en los sectores más jóvenes de la población debido al uso continuo de smartphones.
Va siendo más común que personas de un rango de menor edad, consulten al especialista a consecuencia de ésta conducta adquirida hasta hace tan poco. Así que es preocupante el pensar en los efectos más adelante, por ello es imperante cambiar nuestros hábitos y mejorarlos. Como parece imposible no depender de éstos pequeños aparatos tecnológicos, lo que podemos hacer es al menos utilizarlos en la forma más adecuada posible para evitar posibles daños.
¿Cómo evitar el síndrome del cuello roto?
El pasar largas horas frente a una pantalla LED, genera una sobrecarga de estimulación por la rapidez en las imágenes y contenidos que se refleja en una marcada presión ocular que a su vez está correlacionada con la tensión muscular en el cuello, además de, por supuesto, estar inclinado en una misma posición durante mucho tiempo a lo largo del día.
Para evitar está condición, se puede intentar:
• Dosificar el margen de tiempo de utilización estos dispositivos, además de sólo para lo necesario, intentar menguar los momentos de ocio. Los juegos en el smartphone generan una gran tensión como ya hemos explicado antes.
• Evitar tener el telefóno por debajo del pecho, esto hace que inclinemos la cabeza en un ángulo incorrecto. Lo mejor es mantenerlo lo más posible a la altura de nuestros ojos, en una posición recta y relajada de la espalda y cuello, sin forzar. Esto aplica también para el uso del ordenador y la lectura de libros.
• En intervalos de uso hacer ejercicios suaves de movimiento para el cuello, de derecha a izquierda, hacia arriba y hacia abajo, de hombro a hombro.
• Relajar también los hombros y los ojos. Darle un descanso en lapsos de una hora a la vista puede mejor mucho la tensión muscular.
¿Cómo tratarlo?
Lo más recomendable es recurrir a un especialista para que valore la naturaleza de dichos síntomas y pueda elaborar un diagnóstico acertado.
Los relajantes musculares o anti-inflamatorias pueden mejorar las molestias, pero a veces disfrazan los síntomas, por lo que es importante darle seguimiento para que no se convierta en un mal crónico. Además de que muchas de las veces es necesario usar terapias de calor, ultrasonido y especialmente rehabilitación con ejercicios de estiramiento para el fortalecimiento de los músculos y evitar así lesiones futuras o minimizarlas.