Las lesiones musculares presentan un grupo heterogéneo de afectaciones, difícilmente de definir y categorizar, debido a las diferencias entre tamaños, formas y funciones musculares, junto a las necesidades de la persona que las sufre. Es decir, no es lo mismo una pequeña rotura en el gemelo para en un trabajador de oficina que una rotura del intratendón del cuádriceps para un futbolista.
Ya que hablamos de deportistas, las roturas musculares constituyen el 31% de las lesiones en el futbol de élite, 16% de las lesiones en atletismo, 10,4% en rugby y 17,7% en baloncesto, por lo que se puede concluir que son una de las lesiones con mayor prevalencia entre deportistas.
Tradicionalmente este tipo de lesiones se han clasificado en grado 1, grado 2 y grado 3, y aunque esto nos sirva para la población general, donde los requerimientos de las personas se limitan a realizar actividades de la vida diaria, en deportistas es necesario realizar una clasificación más detallada, sumándole un seguimiento ecográfico más exhaustivo.

De hecho, existe una alta prevalencia de recaída en deportistas (16% entre futbolistas) por lo que la importancia de realizar un correcto diagnóstico y tratamiento de fisioterapia/readaptación es indispensable.
Por ejemplo, Pollock et al. ya diferencia no solo el grado estructural de la lesión, sino que también da importancia a la zona lesionada y que estructuras abarca. En el consenso de Munich (Mueller-Wohlfahrt et al. 2013) también se consideró que la estructura/zona dañada es el factor diferencial para determinar el grado lesional. Balius et al. también considera que la gravedad lesional dependerá del tipo de tejido dañado.

Basándonos en estos puntos de vista, podemos realizar una clasificación más detallada que va del grado 0 al 4, pero con diferentes subdivisiones:
Dentro del grado 0 tenemos las roturas que no se aprecian a nivel macroscópico (con resonancia o ecografía). Como subclasificación están la 0A, dolor o fatiga muscular postejercicio, posiblemente generado por daño microscópico o irritación neural, y la 0b, que se relaciona con las agujetas postejercicio (DOMS).
En el grado 1 tenemos pequeñas lesiones musculares o desgarros que afectan a menos del 10% de las fibras y no llegan a 5cm de longitud. Pueden generar dolor tras la actividad deportiva, pero sin tener que afectar necesariamente a la fuerza ni al rango de movilidad.
El grado 1a suelen darse a nivel miofascial, mostrando cambios en la periferia del músculo, mientras que el grado 1b afecta generalmente a la unión miotendinosa o al propio músculo, sin llegar a afectar al tendón. En ambos casos es posible identificar fluidos/hematoma interfasciales (sangrado) mediante resonancia.
En el grado 2 aparecen las lesiones consideradas moderadas. Los deportistas sufren de dolor que les impide seguir la actividad, limitando el rango de movimiento y la fuerza de contracción en las siguientes 24-48 horas
El 2a se extiende desde la fascia periférica hasta dentro del músculo, existiendo cambios evidentes a nivel periférico (afecta a un 10-50% de la sección transversal del músculo). En el caso de que la rotura se quede en la periferia (no llega a las fibras) esta se puede extender entre 5 y 15 cm de longitud, mientras si afecta a las fibras musculares sería menor de 5 cm.
Los de grado 2b tienen las mismas características, solo que se suelen dar a nivel de la unión miotendinosa (músculo-tendón). Por último, las de tipo 2C se extienden por el propio tendón, afectando a una longitud menor a 5cm y menor del 50% del diámetro máximo del tendón.
Las lesiones de grado 3 se consideran roturas extensivas del músculo. El deportista suele presentar dolor repentino, el rango de movimiento se reduce y la debilidad muscular aumenta considerablemente.
Los subgrados 3a (miofascial) y 3b (muscular/músculo tendinoso) presentan daños mayores que el 50% de la sección transversal o mayores de 15cm de longitud. Los de subgrado 3C (intratendinosos) afectan a una longitud mayor de 5cm o mayor del 50% de la sección transversal del tendón, dañando su integridad.
Los de grado 4 son roturas completas de musculo (4) o tendón (4C). Aparte de la limitación inmediata generada por el dolor, se evidencia un “gap” o hueco palpable. Aún así, es posible que haya menor dolor a la contracción que en el grado 3
En resumen, existen diferentes clasificaciones de roturas musculares, pero en estas importa más la estructura afectada que el propio tamaño. Como ejemplo, un tendón tiene un metabolismo mucho más lento que el musculo por lo que no es lo mismo que la rotura afecte a fibras musculares o al tendón. En el primer caso la recuperación se puede dar en 3 semanas, mientras que en el segundo puede que se necesiten 8. También entender que las necesidades de los deportistas son diferentes, por lo que los tiempos pueden variar dependiendo del deporte y del propio sujeto.

Una vez hemos identificado la localización, estructuras afectadas y el tamaño de la rotura podemos idear un plan de tratamiento específico, siempre haciendo caso a los tiempos biológicos de recuperación y a la clínica del paciente.
1) Fase aguda o inflamatoria (primeras 48-72 horas)
Como primer paso se recomienda respetar la fase inflamatoria de la lesión, donde se genera un pico inflamatorio de 48-72 horas. Lo ideal es no exigirle demasiado al músculo, evitando el reposo absoluto, respetando los limites establecidos por el propio dolor (mecanismo defensivo natural).
Aunque no se recomiendan ciertas intervenciones al principio, existen tratamientos que se pueden aplicar desde el minuto 1, siempre adaptando la herramienta utilizada.
- Terapia superinductiva zimmer: a de usarse sin generar contracción fuerte para no dañar los tejidos. Es una herramienta interesantísima debido al efecto metabólico y la neuromodilación para normalizar las estructuras implicadas.
- Electrólisis (EPI) a poca intensidad: parece que trabajar a poca intensidad puede acelerar el proceso de cicatrización, no existe evidencia científica al respecto pero si da buenos resultados a nivel clínico.
- Diatermia: indispensable aplicarlo en modo atérmico durante esta primera fase, evitando así el efecto del calor y centrándonos solamente en el efecto metabólico.
- Miofascial: se aplica la terapia a distancia, es decir, no tocamos la zona lesionada, sino que se trabajan las zonas adyacentes para quitar tensión de la cadena muscular afectada.
- Vendaje compresivo o kinesiotape: ayudan a controlar el edema y drenar las sustancias de desecho
2) Fase regenerativa (día 3-21): el cuerpo ya ha pasado el pico inflamatorio y empieza intentar regenerar la zona. En este caso podemos ayudar a esos procesos mediante diferentes tipos de técnicas.
- Terapia superinductiva zimmer, diatermia y electrólisis: podemos seguir utilizando estas herramientas, aumentando la intensidad una vez vemos que la lesión va regenerándose. En el caso de la diatermia se puede empezar a trabajar con calor.
- Terapia miofascial: una vez pasada la primera semana podemos trabajar direcrtamente sobre la zona lesionada, con más o menos intensidad dependiendo del caso
- Ejercicio:
- Isométricos: se pueden aplicar de forma inicial contracciones suaves de unos 5-10 segundos, progresando poco a poco a contracciones más fuerte que duren 30-40 segundos
- Isotónicos: se comienza con ejercicios de poca carga, progresando en intensidad y número de repeticiones. Es decir, al principio más repeticiones y menos intensidad, avanzando hacia menos repeticiones y mayor intensidad.
- Isotónicos fuertes: misma idea que los isotónicos suaves, pero con cargas más elevadas.
3) Fase remodeladora (fibrogénesis) (Día 21-30): la cicatriz está completa, pero necesitamos que esta sea funcional para que no de molestias y evitar la recaída muscular. Debido a ello, el ejercicio pasaría a ser el eje fundamental del tratamiento, ya que es la única forma que tenemos para realinear y readaptar a cargas las fibras regeneradas. Por supuesto que esto se tiene que dar en un orden lógico de intensidad.
- Isotónicos fuertes: seguimos progresando en cargas
- Picos excéntricos: incidimos en la fase excéntrica, donde generamos mayor estimulo sobre el tejido y la propiocepción. Aquí es importante dosificar las cargas ya que se trata de ejercicios de alta intensidad.
- CEAs (ciclo de estiramiento y acortamiento) o pliometría: aquí es donde entran saltos, rebotes, cambios de dirección explosivos, sprints… Es prácticamente la última fase previa a volver a la normalidad. Se puede utilizar como valoración para ver si el/la jugador/a esta preparado/a para volver a la normalidad.
- Cadena: trabajar a nivel de cadenas musculares puede ser interesante tanto para readaptar como para prevenir una vez vuelva a entrenar.
Por otro lado, tenemos también la posibilidad de seguir usando la diatermia, zimmer y epi con mayores intensidades. Las 2 primeras nos pueden ayudar a nivel metabólico y normalización muscular, mientras que la última es interesante para romper posibles adherencias y fibrosis que se hayan generado
4) Return to play/vuelta a la actividad deportiva: es la etapa donde el deportista pasa a practicar su deporte de forma normal, pero no hay que olvidarse de realizar un seguimeinto y seguir trabajando ejercicios preventivos
A nivel nutricional no existe una base sólida a nivel de evidencia científica pero las estrategias utilizadas se centran en conseguir un aporte óptimo de proteínas, grasas omegas 3, vitamina C como base, sin olvidarse de una buena hidratación. A todo esto, sumarle un asesoramiento nutricional personalizado, ya que el deportista lesionado cambia radicalmente sus necesidades energéticas.
BIBLIOGRAFIA
Mueller- Wohlfahrt H-W, Haensel L, Mithoefer K, et al. Br J Sports Med 2013;47: 342–350.
Pollock N, James SLJ, Lee JC, et al. Br J Sports Med 2014;48: 1347–1351.
Ramon Balius,*† MD, PhD, Xavier Alomar,‡ MD, PhD, Carles Pedret,†§|| MD, PhD, Marc Blasi,{#, Gil Rodas,** MD, PhD, Ricard Pruna,** MD, PhD, Jose Pen ̃ a-Amaro,†† MD, PhD,
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Vergara-Gutiérrez, L., Lizárraga-Dallo, A., & Pruna-Grive, R. (2020). Nutritional Intervention during Muscle Injury Considering its Pathophysiology: Review Article. Apunts. Educación Física y Deportes, 142, 8-20. https://doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2020/4).142.02
PROPUESTA PRÁCTICA DE EJERCICIOS
Fase isométrica
Fase isotónica
- Suave
- Fuerte
Fase de pico excéntrico
Fase pliométrica