Los temas relacionados con la nutrición siempre generan mucha controversia y no es para menos, especialmente cuando se llevan a cabo decisiones drásticas que pueden suponer riesgos en el equilibrio alimentario.
Sin embargo, al mismo tiempo hay mucho desconocimiento y reticencias a aplicar determinadas dietas que pueden contribuir a la mejora de dolencias crónicas.
Uno de esos males muy habituales en nuestra sociedad son los dolores de cabeza o migrañas. Varios estudios científicos ya han analizado al detalle la relación causa-efecto entre nutrición y migraña.
El consumo en nuestra dieta de determinados alimentos (especialmente en proporciones elevadas o consumo intenso y continuado) contribuye a la aparición de dolores de cabeza. La cafeína, positiva con un aporte controlado puede derivar en la experimentación de migrañas, incluso cuando se elimina del consumo y la abstinencia provoca una reacción somática de dolor.
Otros elementos con una relación directa con los dolores de cabeza son el Glutamato monosódico (saborizante presente en muchos productos), las Aminas biógenas (un grupo donde encontramos la histamina, la tiramina y la feniletilamina) presentes de forma natural en los alimentos; el chocolate/cacao, los Nitritos que abundan en embutidos; los lácteos; y por supuesto el Alcohol.
Fruto de ello ha surgido una corriente que defiende la denominada dieta cetogénica (DC), que a grandes rasgos propone una reducción de carbohidratos.
¿Qué es la dieta cetogénica?
La reducción en la dieta diaria de carbohidratos obliga al organismo a quemar grasas en sustitución del aporte de dichos carbohidratos, y por ende a generar cuerpos cetónicos que servirán como aporte energético.
Pero, expliquemos qué son los cuerpos cetónicos. Se trata de moléculas solubles en agua que reducen las inflamaciones denominadas “estériles”, revertiendo en una modificación de la glucosa que a su vez reduce drásticamente la cantidad de migrañas que soportamos.

Ante esta inflamación estéril -la principal causa de las migrañas- son los cuerpos cetónicos los que gestionan mejor la inflamación neuronal que produce dolores de cabeza (y epilepsias), modulando la excitación cortical.
Ante la escasez de glucosa (provocada por la eliminación de carbohidratos en nuestro día a día) la maquinaria de nuestro organismo que produce la energía necesaria para nuestra actividad motriz y cognitiva (cuya acción se denomina cetosis) se sirve de las moléculas cetonas para sustituir la fuente energética.
En otras palabras, el hígado sustituye la glucosa por las cetonas, lo que revierte en la quema de grasa acumulada, una pérdida de peso. La disminución de los dolores de cabeza es gracias a que las cetonas son energéticamente más estables que la glucosa, y al mismo tiempo el estrés oxidativo es menor, favoreciendo el trabajo del cerebro y los músculos.; y actuando contra la inflamación del sistema neuronal (origen del malestar de las migrañas).
De hecho la dieta cetogénica no es una desconocida para los nutricionistas ya que desde hace años era uno de los caminos para ayudar a perder peso en pacientes que no lograban bajar kilos extra. También se ha estudiado su tratamiento en enfermedades como la epilepsia en niños y adultos, diabetes Tipo 2 y personas con riesgo cardiovascular.
Pero han sido nuevos estudios los que han determinado que su uso puede servir en casos de migrañas crónicas.
Una Dieta Cetogénica se puede describir como alta en grasas, moderada en proteína y muy baja en carbohidrato.
La aplicación de la dieta cetogénica no implica la desaparición total de los hidratos de carbono, si no que limita su consumo, teniendo en cuenta factores individuales del paciente, como el sedentarismo o rutina deportiva. No es lo mismo aplicar la dieta en personas de más edad y cuyo consumo energético es reducido, que con personas más jóvenes y habituadas a hacer deporte. Como norma las dietas con menos de 50 o 60 gramos de carbohidratos diarios son consideradas cetogénicas pero si padecemos diabetes deberían estar por debajo de 30 gramos, y si somos activos y deportistas podrían llegar a los 100 gramos.
Cuando y para quién es recomendable la dieta cetogénica
Siempre bajo supervisión de un profesional, la dieta cetogénica orientada a pacientes con migrañas es apta para todo tipo de personas, si bien hay que contextualizar cada caso, y tener presente si además de dolores de cabeza tenemos otras enfermedades como diabetes o personas insulinodependientes, que ya poseen un nivel de cetonas elevado, siendo necesaria su supervisión con mayor rigor ya que no es lo mismo el estado de cetosis que cetoacidosis, el segundo es un estado patológico.

El periodo para que la dieta cetogénica empiece a causar efecto es de dos a cuatro semanas. En ese periodo el organismo se adapta a la nueva dieta, aumentando el nivel de cetona en sangre progresivamente.
¿Es fiable la dieta cetogénica?
Numerosos estudios médicos han avalado el uso de la dieta cetogénica. Científicos de talla internacional como Cherubino di Lorenzo, de la Universidad de Roma entre otros han estudiado con detenimiento la dieta cetogénica con pruebas monitorizando a muestreos de población que se ha prestado para solucionar las migrañas.
Cetosis es un estado metabólico en el que entramos cuando obligamos a nuestro metabolismo a utilizar las grasas como fuente de energía. La ingesta de hidratos ha de ser muy reducida, dependiendo de la persona. Hay personas que pueden permanecer en cetosis consumiendo 80 gramos netos diarios de hidrato cuando otras personas podrían necesitar mantener una ingesta inferior a 30 gramos para permanecer en dicho estado. La ingesta de proteína ha de ser moderada ya que tenemos la capacidad de producir glucosa a partir de dicha proteína, esta vía metabólica se llama gluconeogénesis y se produce en hígado y riñones.
Si el equilibrio de éstos 3 macronutrientes es el correcto, entraremos en cetosis y nuestro hígado producirá cuerpos cetónicos. Éstos constituyen las moléculas con función energética predominantes. En este estado conseguimos un nivel de energía mucho más estable que con el habitual metabolismo glucolítico, ya que la glucosa es una fuente de energía mucho más volátil, funciona por picos, causando sensación de debilidad o hambre cuando bajan los niveles de glucosa en sangre. La terrible pirámide nutricional actual recomienda un consumo muy elevado de hidratos, ello hace que la gran mayoría de la población sólo utilice la glucosa como única fuente de energía y jamás haya tenido oportunidad de activar ésta gran vía metabólica que es la quema de ácidos grasos.
Se puede vivir en cetosis toda la vida sin ningún problema, los Inuit viven en las regiones árticas de América y no tenían acceso a hidratos, pasando gran parte de su vida en cetosis sin ningún tipo de problema. De hecho, la grasa es
un macro mucho más calórico y saciante que el hidrato de carbono. Un ejemplo de distribución de macros para una dieta cetogénica aplicada a un hombre sedentario de 70kg de peso con un 15% de grasa corporal, sin aplicar ningún deficit calórico para perder peso podría quedar de la siguiente manera:
• Proteína 131g (27% de las calorías totales)
• Grasa 145g (68% calorías totales)
• Hidratos de carbono netos, descontando la fibra: 25g (5% calorías totales)
Éste podría ser un enfoque terapéutico orientado a personas con epilepsia, migrañas etc….
No dudes en contactar con nosotros si tienes cualquier duda o necesitas ayuda para averiguar tu cálculo de macronutrientes.